martes, 16 de enero de 2007

TRATANDO DE CAMBIAR EL MUNDO


Pido disculpas de antemano si es que no me expreso correctamente, a fin de cuentas esto constituye sólo un ensayo para ir mejorando mi calidad comunicativa

La construcción de un mundo mejor depende de cada uno en lo que se refiere al trato respetuoso con cada persona donde prime la comunicación -base de la sociabilidad-, la información (como fundamento de la búsqueda de la verdad y la formación de opinión) y el apremio de la educación. Es bien cierto, que esto no se lograría sin atender primero las necesidades más primarias de la humanidad que son muchas -y muchos los necesitados-, pero éstas requieren del apoyo solidario de todos, los que están en una posición más ventajosa, poco ventajosa o en igual condición, porque no es sólo apremio de ricos ni de pobres, sino de todos como iguales, como seres humanos, como pertenecientes a un ser: el ser humano. Cada uno participa según sus capacidades y potencialidades.

Ahora bien, fomentar el desarrollo es una tarea titánica en la que debemos comprometernos todos. Si pues, se trata de un compromiso solidario no sólo en el ámbito material sino también en el espiritual de forma paralela, del mismo modo que el hombre es, en simultáneo, cuerpo y alma, así también debe ser su desarrollo (material y espiritualmente hablando), logrando así la ascensión de la miseria a la posesión de lo necesario, la consideración de su dignidad y la igualdad de oportunidades y derechos, lo cual permite elevar su condición humana hacia un desarrollo integro de cara a una sociedad más justa, más humana donde prime la paz.

Empezamos elaborando mensajes que fomenten conciencia en pro de actitudes favorables al Desarrollo Humano.

Ideas primarias: El desarrollo no tiene que estar ligado a lo económico, ya que un país no progresa sólo por el aspecto económico, sino que lo hace porque su gente está más preparada, formada y es capaz de defender sus derechos.

Mi tarea no es más que fomentar opinión, crear conciencia para cambiar actitudes y obrar, no sólo en este plano virtual, sino también en la cotidianeidad de las labores más ordinarias de la vida: desde los aspectos más simples y comunes, como el saludo, el diálogo, pasando por el cuidado de nuestro ambiente (limpieza de nuestras calles, protección de nuestros recursos, etc.) hasta el desarrollo espiritual del hombre en base a la fe y principios cristianos.


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