Hazme saber de tí mensajero celestial,
guardador y protector mío que por encargo
de la Divinidad me cuidas.
Hazme saber de tí espíritu libre de un
mundo diferente al mío, cuya esencia de tu ser
desconozco.
Si yo siendo finito, tu ser que participa de la
eternidad me ayude a conseguir la vida más
allá de este mundo.
Luz que no se ve pero existe, susurro en el silencio de las obras buenas, cuántas veces me
has acompañado sin saberlo, cuántas otras he notado tu presencia en la más completa
oscuridad, en algunas calladas madrugadas cuando me despiertas y me llevas a la
meditación, o en momentos de apuro cuando ejecutas órdenes divinas para resguardarme.
Hazme saber que siempre estarás para ayudarme. Gracias te doy por estar allí, por cuidar
a este loco irresponsable que también quiere salvarse.
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