Cuando voy avanzando en mi desempeño profesional me siento más capaz de hacer cosas que antes no hacía, tal vez por inseguridad. Al mismo tiempo, comprendo más cosas, soy más analítico y detallista en mis trabajos. Me gusta estructurar las cosas, el orden y la organización es primordial para cualquier manejo de información, y también en mi caso cuando convierto (edito) productos de comunicación gráfica.
Ya llevo en mi currículo la edición de un primer libro (el Atlas de Chalaco, ¿recuerdan?) y voy por el segundo con el compendio institucional de la Asociación Yachachiq, SOLCODE. A este paso pronto haré mi propio libro, jaja, espero…
Lamentablemente en este país un comunicador gráfico como yo queda de algún modo relegado a trabajos solo free lance, al menos como hasta ahora lo estoy viendo y viviendo. Por eso no es bueno –para mí- encasillarme en una sola cosa. A fin de cuentas, un comunicador se desenvuelve en múltiples áreas: relaciones públicas, marketing, radio, tv, prensa escrita, etc, etc… Aunque también es verdad que cada uno da más para una de las tantas cosas, sea por vocación o lo que fuera.
Lo cierto es que además de la comunicación gráfica me gustaría siempre estar al corriente de otras áreas y en realidad no me gusta desconectarme del mundo y campos de la comunicación que me interesan. Uno de estos campos –y dentro de los cuales incluyo también lo que actualmente hago: comunicación gráfica- es el campo de la Comunicación para el desarrollo: la comunicación al servicio del desarrollo social y humano.
Me dirán ustedes ¿acaso todas la actividades comunicativas no se encaminan a promover una sociedad más democrática, más justa, más humanitaria? Y allí tenemos, la responsabilidad del manejo de información periodística para saber qué es noticia, qué informa y qué es lo que desinforma?, o en el caso del marketing y publicidad, la llamada responsabilidad con los consumidores en pro de sus derechos, por mencionar solo algunos. Pues bien, tienen razón, pero así como esas áreas la disciplina de las ciencias de la comunicación viene desarrollándose también en el campo de los proyectos de desarrollo social humanitario, cuya labor principal es promover la mejora de la calidad de vida de las personas.
Allí donde la asistencia social en ámbitos rurales y urbanos ha sido descuidada, surgen programas y proyectos de diversas instituciones públicas (Municipalidades, etc) o privadas (ONGs mayoritariamente, Asociaciones diversas) que toman las riendas para mejorar algunas deficiencias o encarar problemas sociales, o tender la mano a seres humanos que, fruto de la falta de visión humanitaria de sus iguales, no pueden desarrollarse por sí mismos para alcanzar un nivel de vida que les brinde auténticas condiciones para ser felices. Por este lado, busco desarrollarme profesional y personalmente de manera adecuada para dar lo mejor a favor de una vida más humana, más justa, solidaria, aportando si quiera con granitos de desarrollo.
Ya llevo en mi currículo la edición de un primer libro (el Atlas de Chalaco, ¿recuerdan?) y voy por el segundo con el compendio institucional de la Asociación Yachachiq, SOLCODE. A este paso pronto haré mi propio libro, jaja, espero…
Lamentablemente en este país un comunicador gráfico como yo queda de algún modo relegado a trabajos solo free lance, al menos como hasta ahora lo estoy viendo y viviendo. Por eso no es bueno –para mí- encasillarme en una sola cosa. A fin de cuentas, un comunicador se desenvuelve en múltiples áreas: relaciones públicas, marketing, radio, tv, prensa escrita, etc, etc… Aunque también es verdad que cada uno da más para una de las tantas cosas, sea por vocación o lo que fuera.
Lo cierto es que además de la comunicación gráfica me gustaría siempre estar al corriente de otras áreas y en realidad no me gusta desconectarme del mundo y campos de la comunicación que me interesan. Uno de estos campos –y dentro de los cuales incluyo también lo que actualmente hago: comunicación gráfica- es el campo de la Comunicación para el desarrollo: la comunicación al servicio del desarrollo social y humano.
Me dirán ustedes ¿acaso todas la actividades comunicativas no se encaminan a promover una sociedad más democrática, más justa, más humanitaria? Y allí tenemos, la responsabilidad del manejo de información periodística para saber qué es noticia, qué informa y qué es lo que desinforma?, o en el caso del marketing y publicidad, la llamada responsabilidad con los consumidores en pro de sus derechos, por mencionar solo algunos. Pues bien, tienen razón, pero así como esas áreas la disciplina de las ciencias de la comunicación viene desarrollándose también en el campo de los proyectos de desarrollo social humanitario, cuya labor principal es promover la mejora de la calidad de vida de las personas.
Allí donde la asistencia social en ámbitos rurales y urbanos ha sido descuidada, surgen programas y proyectos de diversas instituciones públicas (Municipalidades, etc) o privadas (ONGs mayoritariamente, Asociaciones diversas) que toman las riendas para mejorar algunas deficiencias o encarar problemas sociales, o tender la mano a seres humanos que, fruto de la falta de visión humanitaria de sus iguales, no pueden desarrollarse por sí mismos para alcanzar un nivel de vida que les brinde auténticas condiciones para ser felices. Por este lado, busco desarrollarme profesional y personalmente de manera adecuada para dar lo mejor a favor de una vida más humana, más justa, solidaria, aportando si quiera con granitos de desarrollo.
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