RATAS EN LA OFICINA

¡Otra más!, exclama Grimaldo, refiriéndose a las ratas muertas que han provocado un nauseabundo olor en la oficina. Él, vigilante y responsable de la limpieza ya había sacado dos de esos animales 4 días antes. Y ahora resulta que el olor alertó de una posible presencia aún de cadáveres.

Se habían refugiado en ese espacio debajo de la escalera de la casa, utilizado como closet para guardar cosas pasadas, archivos viejos y material de años anteriores utilizados en su momento para los trabajos de campo. Allí, entre cartones moraban quién sabe desde cuándo las ratas. Pero hace 6 días una compañera de trabajo se sobresaltó al percibir un movimiento extraño en este lugar de la casa, cerca de donde ella se encontraba. Susan, alertada vino a comunicar: “Creo que hay ratas debajo de la escalera”. Entonces surgieron dos propuestas: conseguirnos un gato o comprar veneno. Al parecer fueron por lo más efectivo y pusieron comida con veneno en el lugar.

Al día siguiente ya había una rata muerta en la orilla de la escalera. Luego supe que habían sido dos las que se encontró ese día. “De repente hay más metidas entre los cartones” -pensaba Grimaldo- “pero no puedo mover esas cosas mientras no le pida el permiso al Señor Manuel” (el director de la institución).

Pasados 2 días se sentía aún un momentáneo mal olor de a ratos. Todos pensaban que eran los rezagos de los dos cadáveres encontrados los días previos. Pero al tercer día, el olor era mayor. Así que se decidió sacar y remover las cosas que se guardaban en el lugar.

Y hoy (cuarto día), al llegar a la oficina el olor era terriblemente nauseabundo. Manuel apuró la acción de remover los objetos del lugar para ver si había más ratas muertas. Dicho y hecho, Grimaldo empezó a sacar las cosas y se encontró con 5 cadáveres al fondo del lugar. Rato después, una más.

Ya ha pasado 1 hora después de eso y ya no hay olor. Grimaldo está satisfecho por su labor y por lo potente que es el campeón. “¡ya ve! Y decían que era mejor un gato” .